PeriodismoPerú.com.- El 2023 no será un año fácil. En relación con lo que acontece en la vida política, económica y social de nuestro país, se vienen 12 meses de serias complicaciones.

Por el lado político, tenemos aún pendiente la definición del adelanto de elecciones generales (para elegir presidente, vicepresidentes y congresistas de la República), proyectada para abril de 2024, así como la implementación o no de las reformas que vienen planteando ciertos sectores del Parlamento Nacional: bicameralidad, reelección inmediata, consulta popular para una Asamblea Constituyente, entre otras. Lamentablemente, todo indica que seguiremos siendo espectadores de las discusiones acostumbradas que se dan en el Hemiciclo y que se extienden a los medios de comunicación social.

En el plano económico, según refiere el informe «Situación Perú – Diciembre 2022», elaborado por BBVA Research, para el 2023 se anticipa una desaceleración de la economía, reflejo de la incertidumbre que generan las tensiones políticas aún elevadas; se avizora que la expansión del PBI será de 2,5 % ante un entorno externo más retador, tasas de interés altas y menor inversión pública; se pronostica un bache en la inversión pública, como consecuencia del recambio de autoridades; y, además, se alerta que la moneda local mostrará cierta debilidad, pues el tipo de cambio finalizará entre S/ 4.00 y S/ 4.10 por dólar en el próximo año.

En el aspecto social, es una tarea pendiente lograr el diálogo entre los diferentes sectores de la población y construir una agenda que contenga también las demandas de las regiones. Ante un país dividido (Lima frente al resto), se hace necesario un cambio de la política actual para que, en lugar de anteponer la represión policial, se prefiera el camino de la concertación con los diversos grupos sociales y frentes representativos que muestran su descontento con la manera en que se ha venido desarrollando la política peruana y la distribución de la riqueza, lo que ha llevado a algunos a plantear una secesión o separación de una parte del país para crear la futura República Independiente del Sur. Veremos si esta semilla germina en el 2023.

Sin embargo, el principal reto del Perú para este nuevo año será encontrar la estabilidad política que se ha perdido desde el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (debido a la crisis producida por los breves periodos de Martín Vizcarra, Manuel Merino, Francisco Sagasti, Pedro Castillo y lo que le queda a la actual gestión de Dina Boluarte), sin sufrir los sobresaltos que provocan los intentos de vacancia presidencial, la censura e interpelación de ministros, las cuestiones de confianza o «balas de plata», acusaciones constitucionales, entre otros mecanismos que, muchas veces, se han utilizado pensando en satisfacer intereses de pequeños grupos y no el interés general.

En suma, se espera lograr la ansiada gobernabilidad, que permita ese estado de equilibrio y de capacidad para que el poder político dé solución a las demandas sociales en forma eficaz y estable.

Autor: Miguel D. Jiménez-Torres