A PROPÓSITO DEL DÍA DEL PERIODISTA

PeriodismoPerú.com.- El 1 de octubre de cada año se celebra el Día del Periodista, pero no habría mucho que festejar en estos tiempos en que la profesión se ha estancado en su desarrollo y adolece de un descrédito y hasta una baja valoración de parte de la población. Quizás recordar el reconocimiento de la profesión de periodista que se oficializó a través la Ley 15630, promulgada un 28 de setiembre de 1965; y, asimismo, la creación del Colegio de Periodistas del Perú a través de la Ley 23221, que se promulgó, precisamente, un 1 de octubre de 1980, sea motivo para el agasajo justificado.
Sin embargo, considero que hay más razones para reflexionar en torno a las dificultades que afectan a nuestra profesión, entre las cuales encontramos problemas de diversa índole (éticos, legales, gremiales, económicos, políticos, sociales, educativos y los que involucran a la propia actividad periodística), los que perjudican su crecimiento en comparación con lo que sucede con otras ramas del conocimiento que sí alcanzaron una consolidación y madurez profesional, como la medicina, el derecho, la filosofía, etc.
Dentro de los problemas de carácter normativo, el más perjudicial está referido a la vigencia de la Ley 26937, que contempla el libre ejercicio de la actividad periodística por parte de cualquier persona, lo que incluye a los profesionales de otras especialidades, estudiantes, analfabetos y hasta orates que ingresan los medios de comunicación en claro intrusismo profesional, arrogándose un título de periodista que no poseen y respecto del cual no tienen la calificación ni el conocimiento necesario para ejercer, por lo menos, los rudimentos de la profesión.
Lamentablemente, muchos confunden las libertades de expresión, información, opinión y difusión del pensamiento con el derecho a ejercer el periodismo, que dejó hace muchísimo tiempo de ser un oficio para convertirse en una profesión tras el desborde de sus paradigmas prácticos, teóricos y epistemológicos, que la han convertido en una auténtica especialidad de las Ciencias de la Comunicación que se enseña a nivel universitario.
No estar de acuerdo conllevaría a sostener que toda persona, por el simple hecho de haber nacido, puede ejercer el periodismo, lo cual es falso. Dicho de otro modo, que cualquier idiota pueda balbucear un comentario de carácter noticioso frente a un micrófono o una cámara de televisión no lo convierte automáticamente en periodista.
Precisamente, para salvaguardar el derecho de todas las personas, se requiere que quienes asuman funciones periodísticas en los medios de comunicación sean profesionales preparados que garanticen un ejercicio eficiente y ofrezcan un buen producto o servicio: Información de calidad.
Como periodista titulado, colegiado y habilitado, comparto las celebraciones en esta fecha, pero a la vez hago una invocación a mis colegas a trabajar por el engrandecimiento de nuestra profesión que, en situaciones políticas como las actuales, tiene una función social fundamental que cumplir.
Autor: Miguel D. Jiménez-Torres